No hace mucho escribía sobre cómo comenzó el problema de la caca de nuestra pequeña, lo puedes leer aquí. Resumiendo, tres meses y medio atrás comenzó a aguantarse las ganas de hacer caca, llegando a estar hasta cinco días sin hacerla. Con la consiguiente preocupación de a partir de cuanto tiempo sin hacerla supondría un riesgo para su salud.

 

Había días que ni los disfrutábamos, ni jugaba casi, porque se los pasaba aguantándose, tirada en el sofá o en el suelo haciendo fuerza para no hacerla y diciéndonos que no estaba bien.

 

Incluso llegó un momento en que ni quería bañarse porque el agua calentita de baño facilitaba esa evacuación y ella se resistía. Aunque alguna vez llegó a hacer un poquito en la bañera, y nos pedía llorando que la sacásemos porque no quería hacer caca ni tampoco bañarse.

 

Además me dolió sentir la incomprensión de algunas personas, especialmente porque venían de gente con la misma forma de criar a nuestros hijos. Me sentí juzgada al oír comentarios, sin haberse preocupado siquiera por todo lo que sucedía, de “claro, le estáis quitando el pañal, no?” o “eso no es normal”.

 

Puede que yo estuviese más sensible y me lo haya tomado a la tremenda, pero el caso es que me dolieron esos comentarios. Porque creo que antes de dar por hecho ciertas cosas hay que interesarse realmente en lo que sucede y cómo lo estamos pasando. Y segundo, porque decir que “no es normal” es igualmente dar mucho por hecho y deja claro que no se tienen muchos conocimientos al respecto.

 

 

Ya no sabíamos qué hacer. Por mucho que le explicásemos que hay que hacer caca para encontrarnos bien, que todo el mundo la hace, etc., seguía igual. Vuelvo a puntualizar que en ningún momento le hemos intentado quitar el pañal, eso lo hará ella cuando esté preparada.

 

Acudimos a una psicóloga, que nos dio algunas pautas. En la visitas mi pequeña lo que hacía era jugar con ella, aunque se resistía.

 

 

Cuando los pequeños se dan cuenta, son conscientes del proceso de hacer pis y caca, es un momento muy importante para ellos, ya que tienen que desprenderse de algo que es suyo y además muy valioso. Esto ocurre independientemente antes o durante el proceso de dejar el pañal.

 

 

 

 

 

Pautas y juegos

 

Pueden ayudar a los pequeños a asimilarlo de una forma más fácil:

 

– Lo primero sería facilitar el tránsito intestinal, es decir, procurar una dieta rica en fibra. Ya que cuanto más tiempo pase sin hacer caca más les costará hacerla y más miedo les dará.

 

Jugar con plastelina marrón o negra. Para poder satisfacer el deseo y la curiosidad hacia su propia caca.

 

Jugar a que sus muñecas vayan al baño a hacer pis o caca.

 

Jugar con embudos y agua.

 

Cuentos sobre el tema de la caca como «El topo que quería saber quién se había hecho aquello en su cabeza» o «¿Puedo mirar tu pañal?».

 

 

 

Te cuento nuestra experiencia

 

Lo de comer variado siempre lo hemos hecho, así que eso no suponía un problema, de hecho llevábamos tiempo preocupándonos por tener en la mesa los alimentos más ricos en fibra.

 

Y el tema de jugar con sus muñecas, era ella misma quien ya lleva tiempo jugando a que sus muñecos hacían pis en el baño (váter u orinal) o en el váter de su casita de muñecas.

 

No se cuantas veces habremos leído los cuentos, sobre todo los primeros días nos pedía que se los contásemos todo el rato.  Igualmente hemos jugado más de lo habitual con las plastelina, a hacer las cacas de esos animales y otros que se nos ocurrían, incluso la suya propia, ha sido de lo más divertido.

 

Por otro lado, a la hora del baño, que además parecía no resistirse ya, le dimos tres embudos de diferentes tamaños y colores, un cuenco para llenarlos y con sus muñecos
habituales se lo pasó en grande. De hecho se ha convertido en habituales cada vez que se baña.

 

 

Ahora nos dice que quiere hacer caca cuando tiene ganas. Alguna vez como digo se resiste un poco, y cuando la hace vemos qué caca sorpresa ha hecho. Si es marrón claro o marrón oscuro, si es grande o pequeña, si se parece a alguna de las cacas de los cuentos, si es redondita o termina en punta… lo hemos convertido en un juego.

 

Por supuesto lo primero es decirle hola. Luego la echamos al váter, para que se vaya con el resto de las caquitas al mar, le decimos adiós y la peque tira de la cadena.

 

 

Así que el resultado ha sido espectacular de un día para otro, de hecho no me esperaba un cambio tan rápido. A ver, todavía hay día que no hace caca, pero ya no se resiste incómoda. En todo caso alguna vez que estamos jugando le vienen las ganas y como no quiere dejar de jugar se aguanta pero la hace un rato más tarde.

 

Lógicamente estamos mucho más tranquilos, viendo a nuestra hija feliz de nuevo y pasándolo en grande por el camino.

 

 

 

Nuestra evolución

 

– Mi hija no quiere hacer caca: Fin del problema

 

– Control de esfínteres: Señales y Problemas

 

– Quiero quitar el pañal a mi hijo.

 

 

 

¿Qué juegos has probado para hacerlo más fácil?

 

 

 

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