Hoy quiero hablaros del último libro que me he leído,
cuya autora es Casilda Rodrigáñez Bustos. Una lectura que he disfrutado, que me
ha hecho recordar cosas que ya sabía y aprender cosas nuevas, algunas  que en el fondo ya intuía. He de decir que he
sentido también cierta rabia leyéndolo, y es que darte de narices contra toda
esta cultura patriarcal que desde hace tanto tiempo viene machacando algo tan
importante como es nuestra conexión con nuestro propio cuerpo, con nuestro
placer, te hace revolverte de indignación. Por eso debemos rebelarnos, retomar
nuestro instinto, nuestra conexión, para volver a parir y a criar con placer,
con amor y con consciencia. Todo sería distinto.
Este libro nos recuerda que uno de los enemigos de un
parto placentero es el miedo, el que hace que nuestros úteros sean espásticos,
y es que el miedo frena cualquier acto sexual. Recordemos que el parto es un
proceso más en la sexualidad de la mujer.
Tras mi parto me quedó claro que el funcionamiento de
mi cabeza durante ese proceso fue en contra de mi cuerpo. Después de leer este
libro no me puede quedar más claro. Tuve un parto larguísimo, unas
contracciones muy dolorosas desde el inicio de la dilatación y no supe
relajarme en ningún momento, lo que hizo que no pudiese descansar ni un segundo,
que todo se ralentizase y que el dolor fuese insoportable. Tengo claro que es
algo que debo trabajar, sobre todo si es que llega a haber un segundo parto.
“El orgasmo es la principal vía de
‘rehabilitación’ del útero”. Para ello debemos de cambiar nuestra actitud ante el
placer, conectando con él, no inhibiéndonos, no reprimiendo desde la más tierna
infancia. Esos instintos sexuales tienen una función fisiológica.
“Podemos hablar a nuestras hijas de la
ranita que tenemos todas las mujeres en nuestro vientre. Y decirlas que no hay
que contener ningún movimiento que nos de gusto o placer, para que la ranita
viva, respire y palpite”.
Según Casilda las contracciones dolorosas que
conocemos como normales, son calambres producidos por un útero espástico,
rígido, y por tanto son contracciones 
patológicas. Se tiene constancia de mujeres que han dado a luz en un
parto orgásmico, mujeres que no dejaron que el miedo o los prejuicios las
dominase, sino que conectaron con su útero, y en oleadas de placer permitieron
trabajar a su cuerpo para lo que estaba preparado.
“El parto orgásmico y la recuperación de
la maternidad implican recuperar una sexualidad femenina perdida”.
Os lo recomiendo.
Aunque a mi me lo regalaron (a sabiendas de que lo
quería), es un libro cortito y por tanto rápido de leer, os lo podéis descargar
gratuitamente de la página de Casilda Rodrigáñez.

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